1 de julio de 2016

La Erupción



La explosión fue imponente. Crispó lo pelos de unos y volcó las copas de vino de otros.
Al segundo uno, la parálisis fue eterna, las pupilas se agrandaron permitiendo una mayor entrada de luz. La atención y la tensión ocular focalizaron la fuente del estruendo.
El segundo dos nadie lo recuerda.
Pero al tercer segundo, se apaciguaban las pulsaciones y el cosquilleo de la piel gallinada se sosegaba.
Antes de que se cumplieran los primeros cinco segundos posteriores al estrépito, y con las pestañas de los muchos aún tiesas, la espuma desbordaba y el tío Igor gritaba: - ¡Salud!
Las copas se besaron en lo alto en una orgía de alcohol y la jarana continuaba con varias erupciones más.
mjs
1-7-16

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