2 de febrero de 2018

Cruzar la línea



Hay líneas que hipnotizan.
La del horizonte en La Pampa.
La línea donde se besan las nubes y el mar.  
Es imposible dejar de mirar la estela de un cometa.
El trazo negro que delinea el borde de los ojos de una mujer.
La línea de humo que dibujó un avión en el aire – ¿de dónde vino?, ¿a dónde fue? – 
Hay líneas que atraen.
La de la onda que se aleja en el lago.
La línea de la ruta que se pierde en el futuro hacia el que andamos.
Es absurdo resistirse a mirar la línea de ese primer garabato.
El cauce de una gota que viaja por el pómulo después de aquel adiós.
La línea de tu sonrisa que reverbera en la mía – ¿dónde estabas?, ¿dónde vamos? –
Hay líneas que encantan.
La del umbral de tu puerta.
La línea que proyecta mi mirada hacia tus ojos.
Es inadmisible no cruzar la línea y envolverme en vos.
Las pinceladas de mis manos recorriendo tu espalda.
La línea de tiempo que hace a nuestro encuentro – ¿nuestro tiempo?, ¿nuestro momento? –

mjs


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