18 de julio de 2016

Frustración



Todo hacía suponer que llegaría en momento del tan ansiado "si quiero". Había transcurrido el tiempo suficiente. Las palabras habían sido todas dichas. 
Las miradas cómplices, miradas. Los juegos de seducción, jugados.
En ese preciso momento, el de los nervios taquicárdicos, su belleza giró y comenzó a caminar en sentido opuesto a quien la interpelaba amorosamente.
Solo un "hasta luego" tenue y apenas perceptible, se oyó luego de apoyar la última prenda examinada; y justo antes de atravesar la puerta alcanzó a decir "gracias".
Del otro lado del mostrador, una nueva frustración comercial le haría agachar la cabeza y hacer dos pulsaciones rápidas sobre la pantalla táctil.

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