7 de junio de 2016

De Rodillas

No hizo a tiempo a limpiarse la mierda de los zapatos ni el hilo de baba de la comisura.
De rodillas ante el rey pidió perdón por los improperios del pueblo.
De haber sabido del acto reconciliatorio, el suelo no hubiese dudado de abrirse, creando el más hondo de los agujeros negros y deglutido, digerido y convertido en resto fósil a ese rastrero hombre.
Hubo un tiempo en que Uno supo pararse frente al pueblo y pedir perdón por los muertos del rey.
La tierra sabe que tendrá otra oportunidad. 
Los serviles no escapan del polvo del olvido.
El tiempo sabe que puede esperar.
Los rastreros no huyen a la condena de la historia.

mjs

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