Su sombra dejó de
seguirlo. La muerte dejó de buscarlo. Sus pasos lo rezagaron.
Y el viento
sopló.
El tiempo que ya
no envejece. El agua que ya no baña. La tierra que ya no alimenta.
Y el viento
sopló.
El soplo del
viento que lo sigue sin tiempos. Lo riega. Lo nutre. Y lo hace eterno.
El viento sopló.
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