Vuela
una mirada en la espera,
ausente
en el aire. Sin tiempo. Austera.
Una
sobredosis de inercia espesa
alimenta
la cruda inconsciencia.
Un
suspiro entra en la escena
como
un golpe tieso que lacera.
La
mirada sobre el suspiro,
y
en el aire, se torna alarido.
Se
siente un silencio eterno
después
de aquel soplo certero.
La
blanca oscura luz oculta la duda,
las
grietas del alma no tienen cura.
Sentada
a su lado la ausencia,
posada
en su hombro. Serena.
A
punto desborda un callado llanto,
partículas
de vida, recuerdos y caos.
Vuela
una mirada y cae derrotada.
El
destino incógnito no tiene coartada.
No
sabe de planes, de metas y amores;
Ignora
de fines, de lunas y soles.
mjs
14-01-14
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