10 de agosto de 2012

Destinado a ser pasado


La venganza del destino es el pasado.
Utilizando el tiempo como instrumento de mando,
convierte en olvido todo lo anhelado.

Cruelmente efímero es el mañana;
que sin ser presente muta hasta ser nostalgia.
Metódicamente sabio, que todo lo hace nada.

Y deja ese sabor a duda subjuntiva que mata;
que aprieta el pecho y tiñe en la mente el karma.
Incertidumbre cierta que lleva el miedo a la cama.

Y cada noche regresa el dilema en los sueños.
Ligando recuerdos dibuja collages que simulan hechos;
mas cada ficción nocturna no es destino sino un supuesto.

La revancha del destino es ser libre.
Manejando actores con guiones sin letras ni atriles;
sin señales, acotaciones o senderos que guíen.

El desquite del destino es nuestra historia;
que en ella guarda cada una de sus penas y sus glorias.
Cada amor y cada hastío, es castigo del destino, tatuar en la memoria.

mjs


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